segunda-feira, 24 de setembro de 2007

El Laberinto Español :LA BATALLA DEL EBRO.



CAPITULO 3: LA BATALLA DEL EBRO.

Cita:
La Batalla del Ebro será abordada en las dos siguientes entregas, los viernes 21 y 28 de abril. “La Batalla del Ebro I”, es un trabajo dirigido por Jorge Martínez Reverte, basado en su libro del mismo título escrito en septiembre de 2003, y realizado por Pedro Arjona. Se trata de un documental de dos partes, construidas a partir de la mirada personal de los combatientes y no desde el análisis sociopolítico de la contienda. En el debate posterior se comentarán las distintas “Estrategias militares durante la guerra civil”. Los invitados a este programa serán el Coronel Carlos Blanco Escolá, el periodista Miguel Ángel Aguilar y el historiador Julián Casanova.


Links: El.Laberinto.Español.(La.Batalla.del.Ebro_2.de.2).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi
El.Laberinto.Español.(La.Batalla.del.Ebro_1.de.2).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi
El.Laberinto.Español.(Debate_La.Batalla.del.Ebro_1.de.2).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi
El.Laberinto.Español.(Debate_La.Batalla.del.Ebro_2.de.2).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi

domingo, 23 de setembro de 2007

EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA: (The wind that shakes the barley)



Dirección: Ken Loach.
Países: Irlanda, Reino Unido, Alemania, Italia y España.
Año: 2006.
Duración: 124 min.
Género: Drama.
Interpretación: Cillian Murphy (Damien), Pádraic Delaney (Teddy), Liam Cunningham (Dan), Orla Fitzgerald (Sinead), Mary O'Riordan (Peggy), Mary Murphy (Bernadette), Roger Allam (Sir John Hamilton), Laurence Barry (Micheail), Damien Kearney (Finbar), Frank Bourke (Leo), Myles Horgan (Rory), Martin Lucey (Congo).
Guión: Paul Laverty.
Producción: Rebecca O'Brien.
Música: George Fenton.
Fotografía: Barry Ackroyd.
Montaje: Jonathan Morris.
Dirección artística: Fergus Clegg.
Vestuario: Eimer Ní Mhaolddomhnaigh.
Estreno en Reino Unido: 23 Junio 2006.
Estreno en España: 15 Septiembre 2006.

SINOPSIS

Irlanda, 1920. Unos campesinos se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios y enfrentarse a los despiadados Black and Tans (Negro y Caqui, por el color de sus uniformes), tropas británicas que habían sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas de Irlanda. Llevado por un profundo sentido del deber y por el amor hacia su país, Damien (Cillian Murphy) abandona su prometedora carrera de médico y se reúne con su hermano, Teddy (Padraic Delaney), en una peligrosa y violenta lucha por la libertad. Cuando la lucha de los insurgentes lleva a los británicos a un punto crítico, las dos partes firman un tratado para poner fin al derramamiento de sangre. Pero, a pesar de la aparente victoria, estalla la guerra civil, y las familias que habían estado luchando hombro con hombro se ven desgarradas, y sus miembros convertidos en enemigos.

CÓMO SE HIZO "EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA"
Notas de producción © 2006 Alta Films

Comentarios de Ken Loach

«Empecé a interesarme por la historia de Irlanda a través de Jim Allen y su guión para Days of Hope [1975, para televisión], acerca de un soldado que se había alistado como voluntario para combatir en la Primera Guerra Mundial, pero que, en lugar de ir a luchar a Francia, es enviado a Irlanda. Más tarde, Agenda oculta (Hidden Agenda) abordaba los acontecimientos contemporáneos de Irlanda del Norte, pero siempre me pareció que estas dos películas no podrían ser entendidas sin conocer por qué se hizo la partición de Irlanda y cómo se originó el conflicto. Creo que lo que sucedió en Irlanda entre 1920 y 1922 es una de esas historias cuyo interés pervive; al igual que la Guerra Civil Española, es un momento crucial, que revela cómo una larga lucha por la independencia se vio frustrada en su momento de éxito por un poder colonial, que, al desprenderse de su imperio, sabía mantener intactos sus intereses estratégicos.

Ésa fue la habilidad de gente como Churchill, Lloyd George, Birkenhead y otros. Cuando se vieron acorralados, cuando ya no tenían realmente ningún interés en seguir negando la independencia, trataron de dividir el país y dieron su apoyo a aquellos que, dentro del movimiento independentista, podían aceptar que el poder económico siguiera estando en las mismas manos, aquellos con los que, según se decía en la época, “se podía hacer negocios”. Es una táctica que se ha seguido en numerosas ocasiones y en distintos lugares: a partir de una situación de abuso cometida por el poder central, movimientos con intereses divergentes se unen contra el opresor común, pero al final esas diferencias acaban provocando un enfrentamiento. Estoy seguro de que algo así es posible verlo hoy día en Iraq, donde la oposición a Estados Unidos y al Reino Unido une a un montón de gente, que descubrirán que tienen intereses muy distintos cuando los estadounidenses y los británicos se vean forzados a irse.

¿Qué podía haber pasado en 1922? ¿Podían haber ganado los republicanos que estaban en contra del tratado, y en qué dirección habrían llevado a Irlanda? Tan sólo cinco años antes, el levantamiento de marzo de 1916 había sido liderado por el socialista marxista James Connolly, y su movimiento de independencia se basaba en la lucha de clases: “La causa irlandesa es la causa de los trabajadores”. Sin embargo, los irlandeses han padecido durante muchas décadas los nefastos resultados de lo que fue realmente acordado en el tratado. Las continuas penurias obligaron a miles de personas a abandonar su país para dirigirse hacia Inglaterra o América. La partición llevó inevitablemente a la guerra en el norte, con la supresión de los derechos civiles. Me quedé sorprendido de lo familiares que siguen siendo todos esos acontecimientos en Cork y en sus alrededores, lugares en los que estuvimos rodando. Obviamente, todavía están presentes en Irlanda del Norte porque todavía siguen combatiendo en algunas de esas batallas, pero, aunque yo pensaba que en el sur todos esos recuerdos se habrían difuminado, conocimos a mucha gente con historias que contar. Casi todos sabían el nombre de los héroes locales de las columnas volantes (Flying Columns) y recordaban fechas y acontecimientos concretos: “Persiguieron a un Caqui por este campo, y dos más fueron capturados allá...”. La memoria subsiste mucho más allá de lo que se piensa.

Al principio sólo teníamos una hoja de papel en blanco y un gran fondo histórico, y el problema era cómo destilar todo esto en experiencias humanas. Entonces Paul [Laverty] diseñó unos personajes y una narración que los siguiera a través de diferentes conflictos, alianzas y resoluciones. La película debía describir un mundo que iba más allá de los puntos de vista individuales de cada uno de sus personajes, debía llegar a observarlos en sus interacciones, y Paul sabe cómo contar una historia en la que el contexto quede implícito: no es necesario destacarlo y subrayarlo todo. Si el guión funciona bien, los personajes podrán ser tan representativos como deben serlo y se tendrá la certeza de que el corazón de la historia seguirá ahí. Es muy difícil que las cosas que están mal en el guión puedan resolverse una vez que ha empezado la filmación.

Se trataba de encontrar el equilibrio entre una verdad histórica y un sentimiento más contemporáneo de realidad. Aparecerán sin duda algunos puristas que pongan pegas a algunas frases, pero yo diría que, a fin de cuentas, es pagar un precio pequeño. No se puede recrear exactamente el pasado, sólo podemos hacer una aproximación, intentado captar su espíritu y evitando los clichés. Las personas de más edad se fijarán más en el lenguaje, porque les resultará más cercano. Es un equilibrio delicado, y nada de lo que hagas será absolutamente satisfactorio.

En mi opinión, hay bastante hipocresía en las películas de guerra que sostienen que son antibelicistas cuando una parte considerable del espectáculo que proponen incluye explosiones y sangre. No me parece que eso sea muy serio.

Yo no diría que ésta es una película antibritánica. Animo a todo el mundo a que vea sus lealtades en un plano horizontal, más allá de las fronteras nacionales, así que ésta no es una película acerca de ingleses que golpean a irlandeses. A menudo la gente tiene mucho más en común con la gente que está en su misma posición social en otros países que con aquellos que están en la cima de la escala social en el suyo.

Se puede argumentar que tenemos la responsabilidad de combatir los errores y las brutalidades de nuestros líderes, tanto de los del pasado como de los del presente. Lejos de ser antipatriótico, es un deber que no podemos ignorar. Es curioso que Blair nos haya puesto en guardia recientemente contra el antiamericanismo. Al hacer esto, sustituye al Gobierno de Estados Unidos por la gente: no hay que criticar los errores que está cometiendo el Gobierno porque estaremos atacando al pueblo estadounidense. Es un argumento falso, que se ha utilizado mucho tiempo.

Los ingleses dejaron una herencia terrible en Irlanda, y las fuerzas progresistas sufrieron un enorme revés después del tratado. Pero a pesar de eso, a pesar de todo ese sufrimiento, el hecho es que los ingleses se fueron. Y en ello hay un elemento de esperanza.»

RÍTICA por Miguel Laviña Guallart

Nueva entrega del mismo discurso

Palma de Oro por sorpresa en el último Festival de Cannes (más de uno se debió de quedar “al borde de un ataque de nervios”, por otra parte, algo habitual en los jurados de los festivales internacionales, siempre dotados de un peculiar sentido del humor: el último León de Oro en Venecia, la china "Sanxia haoren", dejó fuera de combate a crítica y público), un galardón que muchos entendieron como el reconocimiento global a la carrera de su autor. El muy prolífico Ken Loach pasaría por una especie de guerrillero del cine: que hay que denunciar injusticias y hacer crítica social en casa, Inglaterra, tiene donde elegir (“Lloviendo piedras”, “Ladybird, Ladybird”, “Mi nombre es Joe”); que toca hacer una incursión en los desequilibrios de Centroamérica, “La canción de Carla”; darse una vuelta por los derechos de los hispanos en EEUU, "Pan y rosas"; rastrear la Guerra Civil Española, “Tierra y libertad”.

Revisa ahora parte del proceso de independencia de Irlanda, su guerra contra Inglaterra y el posterior enfrentamiento civil, a través de las vicisitudes de dos hermanos de futuro en principio divergente, cuyo destino se une en la lucha contra el dominio extranjero, separados y enfrenados más tarde por una distinta toma de posición en el conflicto. Las raíces de esta cuestión todavía latente, extrapolable en la actualidad a todos los ejemplos que se desee, reúne varias de las constantes temáticas de su obra. Su casi siempre controvertido trabajo, y el de su guionista Paul Laverty, genera un debate que desborda en muchas ocasiones el hecho puramente cinematográfico.

En este sentido, se le suele acusar de oportunista y fácilmente polémico, al mismo tiempo que, sin duda, es loable su labor de agitar conciencias. Cierto que el realismo social en el cine es tan respetable como en otras artes, aunque hay quienes prefieren un análisis del trasfondo social o político a través de otros caminos, igual de efectivos pero menos evidentes, o el incisivo humor de un, por ejemplo, Stephen Frears. Si se elige ver una película de Loach o de sus seguidores (alguno bastante cercano) se puede adivinar, ha habido tiempo suficiente para ello, qué puede encontrarse uno. Hasta allí de acuerdo, pero es mucho más discutible, y en esto vuelve a caer de lleno, que no plantee un debate abierto que ofrezca al espectador la posibilidad de decidir, sino que tome partido de forma tan explícita que sitúe su visión por encima de cualquier otra verdad, y de esta forma coarte, paradójicamente, una libertad por la que en teoría está luchando.

Así, el elemento más negativo de la cinta es un maniqueísmo (del que tanto se ha hablado a lo largo de su trayectoria, y que de nuevo está generando ríos de tinta) que separa radicalmente lo narrado entre el bien y el mal. La Historia, las decisiones de la vida, suelen estar llenas de contradicciones, ambigüedades, los grises superan muchas veces al blanco o el negro. La opresión británica se plasma en unas secuencias cargadas de crispación, en las que los soldados ingleses quedan reducidos a meros arquetipos airados y violentos empuñando sus fusiles. El tremendo, hondo y sincero dramatismo de la primera secuencia que muestra los abusos al pueblo irlandés pierde fuerza a medida que esas mismas situaciones se reiteran sin ahorrar brutalidad. Sólo uno de estos soldados (pero claro, su padre era irlandés) parece un ser con capacidad de duda ante la barbarie que se está cometiendo.

Al menos es objetivo al mostrar, con una mirada cargada de frialdad, cómo los fusilamientos y crímenes se ejecutaron en ambos bandos, aunque una vez desalojado el ejercito inglés e iniciada la guerra civil, su alineación continúa con aquéllos que se negaron a los pactos con Inglaterra, recubriendo sus actos de integridad moral hasta sus últimas consecuencias. Al parecer aspiraban a establecer un estado socialista, abortado por los intereses políticos, económicos y religiosos de la época; otra revolución perdida, que es, en última instancia, donde el director quiere reconducir el sentido de lo expuesto, la siempre presencia, en sus distintas formas, de unos poderes opresores contra los que hay que combatir, lo que lleva contando desde hace 20 años.

Al margen de este cuestionable discurso, la construcción formal pone de manifiesto el estilo y oficio habituales del autor, que rueda con eficacia, sencillez en la puesta en escena y una excelente ambientación. Esta vez su acostumbrada economía de medios puede hacer cojear los resultados, parece que el destino de Irlanda se decidió entre unos treinta soldados, en torno a los mismos parajes y en unas cuantas reuniones políticas. El ritmo se mantiene gracias también a la sabia utilización de las discusiones en las asambleas (de nuevo su gusto por estas escenas corales) y, de forma brillante, del cinematógrafo, como recursos para explicar el desarrollo de los acontecimientos históricos.

En el lado positivo de la balanza destacar también su habilidad para hacer trascender el devenir político en el trágico destino de los dos protagonistas, y entre lo más interesante, la difícil evolución del hermano menor, Damien, al que con ajustado talento da vida el emergente Cillian Murphy. Junto a esto, la sensibilidad para transmitir el espíritu irlandés, sus paisajes y la nobleza de sus gentes aparecen en momentos tan hermosos como la canción que da título al film, rasgos de autenticidad a la que contribuye la espléndida verosimilitud del resto del elenco, especialmente el femenino.

A pesar de un afán aleccionador que nunca abandona a este incansable cineasta, el desarrollo de la vertiente íntima compensa en parte su visión parcial de todo este asunto, y el conjunto posee la entidad de sus otros reputados trabajos. Por desgracia, nunca le van a faltar motivos para coger su cámara ni próximos lugares donde acudir, estaciones de militancia para todo un tren de largo recorrido.

Link E-mulle: El viento que agita la cebada [Dvdrip Dual Spa-Ing][Xvid+Ac3+Mp3] by Pinguino [BlueTeam].avi
Legenda: VentosDaLiberdade.srt

sábado, 22 de setembro de 2007

Grandes Portugueses: MARQUÊS DE POMBAL - 9º. LUGAR


BIOGRAFIA MARQUÊS DE POMBAL - 9º. LUGAR

Foi o mais notável estadista do seu tempo. O Marquês de Pombal revolucionou o País a nível económico, educacional e cultural. Com o terrível terramoto de 1755, provou as suas capacidades reformadoras e fez nascer uma nova Lisboa que sobrevive até hoje. Uma das grandes personagens da história de Portugal - e uma das mais controversas. “É uma lição para toda a cultura ocidental e universal”, afirma o historiador Rui Afonso. Mas há um “lado B” em Marquês de Pombal: ele também foi um clone do totalitarismo. É conhecida a sua face tirânica e as suas acções despóticas. O seu legado, porém, é inegável. Marquês de Pombal, de seu nome Sebastião José de Carvalho e Melo, foi o mais notável estadista do seu tempo, não só de Portugal como provavelmente de toda a Europa. “É o homem das grandes reformas económicas e educacionais, que coloca Portugal na preparação para a modernidade. É o grande reformador”, destaca o professor universitário José Medeiros Ferreira. Nascido no seio de uma família fidalga, frequentou o 1.º ano jurídico na Universidade de Coimbra, mas, dotado de um génio versátil e um insaciável desejo de poder, acabou por abandonar os estudos e dedicar-se à carreira militar. Nessa fase, via na força das armas uma oportunidade para se destacar e alcançar algo positivo para Portugal. No entanto, depressa se desiludiu com a obediência que tinha de prestar à hierarquia militar e acabou por pedir a demissão. Foi a ponte para se entregar à vida ociosa: dedicou-se ao estudo da história, política e legislação. O sonho de fazer algo pelo País continuava vivo. Assim, optou pela carreira diplomática. Em 1739 partiu para Londres e ali prestou relevantes serviços, demonstrando ter energia e inteligência. Homem de uma esperteza sem fronteiras, conseguiu “arrancar” ao ministério do duque de Newcastle muitas das isenções para os negociantes portugueses em Londres, iguais às que os negociantes ingleses tinham em Lisboa. De Londres seguiu para Viena como embaixador de D. João V. Vivia-se a época dos despotismos iluminados. A razão, a inteligência e os conhecimentos é que davam acesso ao poder. Todas estas viagens proveitosas conferiam ao diplomata novas experiências, sabedorias e ideias que, mais tarde, o fariam brilhar em Portugal. Ele “viu o que é viver lá fora, a perspectiva europeia, mais avançada”, explica o professor catedrático Marcelo Rebelo de Sousa. Já de regresso a Lisboa, em 1750, o novíssimo rei D. José nomeia-o secretário de Estado dos Negócios Estrangeiros e da Guerra. O cardeal de Richelieu, de França, era o ideal do Marquês, que desejava consolidar o poder régio com o objectivo de introduzir alterações profundas no Estado. Rapidamente se torna no mais influente dos secretários de Estado e toma medidas nas mais diversas áreas, algumas de grande alcance e visão. Sem nunca ter perdido a ligação com a Europa, faz sempre questão de se rodear dos melhores em diversas áreas, nomeadamente na educação. Foi ele quem “trouxe portugueses que estudaram nas universidades estrangeiras, reformando a Universidade de Coimbra, para adaptá-la aos novos tempos”, relembra Marcelo Rebelo de Sousa. Sempre soube acompanhar a razão. Foi o catastrófico terramoto de 1755 que lançou definitivamente Sebastião José de Carvalho e Melo na política nacional e o fez ficar popular até aos nossos dias. No meio da destruição, do caos e do desespero, era preciso fazer algo: agora, já, ontem. Nisso foi bom! Agiu depressa - a bem ou à força. Reconstruiu Lisboa e provou a sua visão de modernidade. Felizmente, o rei não o amputou do poder de decidir. “Sem Marquês não haveria a Lisboa pombalina, não haveria a Baixa, cuja largura das ruas permite que o trânsito automóvel ainda hoje flua. E no seu tempo só havia carruagens”, constata o historiador do Museu do Chiado, Rui Afonso. “É o homem que mais marca Lisboa”, diz, por sua vez, o deputado João Soares. Com o terramoto, vem ao de cima o génio organizador e a sua assombrosa energia. Esta é a verdadeira génese do seu imenso poder. Com a introdução de novos impostos e a reconstrução da capital, a par de inúmeras iniciativas, o rei D. José dispensa-lhe confiança cega, fomentando a inveja da alta nobreza. Contudo, também teve momentos menos populares, relacionados com a violência de algumas das suas decisões. Há um lado B em Marquês de Pombal, não tão conhecido pelas grandes massas. Ele também foi um clone do totalitarismo. Assumiu execuções públicas, como aconteceu com os Távoras, e dirigiu radicalmente a expulsão dos Jesuítas. É esta característica, típica dos déspotas da altura, que marca a imagem do estadista e dá azo a críticas, especialmente no que se refere ao combate aos religiosos. “Os Jesuítas deixaram uma marca impressionante um pouco por todo o mundo, muito ligada à formação e educação”, refere o agnóstico João Soares. Feito conde de Oeiras em 1759 e marquês dez anos depois, por relevantes serviços ao reino, já tinha grande influência junto de todas as cortes europeias. Portugal conseguia pôr-se a par das nações mais adiantadas, a nível organizacional, administrativo e jurídico. Sempre polémico mas decisivo, intervém também na indústria e na agricultura. “Sem ele não haveria a primeira zona de vinhos demarcada do mundo”, lembra o historiador Rui Afonso, fazendo referência à Companhia dos Vinhos do Alto Douro, que produzem o afamado vinho do Porto. Contudo, com a morte de D. José, em Fevereiro de 1777, o poder do Marquês de Pombal caminhava a passos largos para o fim. E assim, rapidamente, foi destituído e desterrado para Pombal, sendo publicamente enxovalhado. Faleceu em 1782, sem um perdão consistente da rainha. Apenas no século XIX é reabilitada a sua memória. Os seus restos mortais foram posteriormente trasladados para Lisboa. Pode ter sido polémico e conduzido operações condenáveis a muitos olhos, mas deixou uma marca no País e fez-nos ter “a preocupação de saber se estamos atrasados ou adiantados em relação a outros países”, diz Rui Tavares. Deu esperança a um povo e provou que Portugal pode acompanhar a Europa - ou, mesmo, superá-la.

Link: Grandes.Portugueses.Marques.de.Pombal.RTP1.JPL.TVRIP.avi

Pianíssimo : 7º Episódio



Um projecto diferente, de Victorino d´Almeida que nos conta a história do piano

Uma série escrita, apresentada, interpretada e realizada pelo próprio maestro António Victorino de Almeida que conta a história do piano através dos tempos.
Cada episódio inclui duetos musicais. Ao piano, o maestro "dialoga" com a flautista Vera Morais. Conta ainda com a prestação de uma das mais prestigiadas pianistas do mundo, a austríaca Ingeborg Baldaszti e o músico Carlos Mendes.

Produção: Triângulo do Mar
7º Episódio

Gravado na RTP1 dia 1/4/2007

O site da RTP deixou de ter as descrições.

Ficheiro : 697 MB, duração 0:59:28, AVI, 1 audio stream
Video : 643 MB, 1511 Kbps, 25 fps, resolução 720*576 (4:3), XVID
Audio : 54 MB, 128 Kbps, 48000 Hz, stereo, MP3

Pianissimo.Episodio.07.RTP1.JPL.TVRIP.avi (697 MB)

Pianíssimo: 5º Episódio


5º Episódio

Um projecto diferente, de Victorino d´Almeida que nos conta a história do piano

Uma série escrita, apresentada, interpretada e realizada pelo próprio maestro António Victorino de Almeida que conta a história do piano através dos tempos.
Cada episódio inclui duetos musicais. Ao piano, o maestro "dialoga" com a flautista Vera Morais. Conta ainda com a prestação de uma das mais prestigiadas pianistas do mundo, a austríaca Ingeborg Baldaszti e o músico Carlos Mendes.

Produção: Triângulo do Mar


Gravado na RTP1 dia 18/3/2007

O site da RTP deixou de ter as descrições.

Ficheiro : 595 MB, duração 0:50:43, AVI, 1 audio stream
Video : 549 MB, 1514 Kbps, 25 fps, resolução 720*576 (4:3), XVID
Audio : 46 MB, 128 Kbps, 48000 Hz, stereo, MP3

Pianissimo.Episodio.05.RTP1.JPL.TVRIP.avi (596 MB)

El Laberinto Español (Debate): “Cautivos y desarmados”


El director del programa, Jorge Martínez Reverte, conducirá en el plató un debate en torno al tema titulado “Cautivos y desarmados”, en el que participarán Patricio de Blas, Catedrático de Historia en el Instituto Calderón de la Barca de Madrid; Javier Cervera Gil, Profesor de Historia en la Universidad Francisco de Vitoria y del Centro Universitario Villanueva de Madrid; y José Andrés Rojo, periodista y escritor, nieto del General Vicente Rojo, ganador del XVIII Premio Comillas 2005 a la obra biográfica titulada “Vicente Rojo. Retrato de un general”.

E-LINK del DEBATE :
Duración : 45,18 minutos.
Tamaño: 428,44 MB.
El Laberinto Español (Debate: Cautivos y desarmados) (DVB-T RIP-XviD-mp3) por R2D2

segunda-feira, 27 de agosto de 2007

El Laberinto Español : 7.- RUEDO IBÉRICO: RADICALMENTE LIBRE



7.- RUEDO IBÉRICO: RADICALMENTE LIBRE

Ediciones Ruedo Ibérico nació en París en 1961 por la iniciativa de un grupo de exiliados con el fin de paliar el déficit de publicaciones históricas, políticas y de pensamiento que sufría el país debido a la censura franquista. La idea era editar en París e introducir los libros clandestinamente en España. José Martínez Guerricabeitia fue el editor, director y principal animador del proyecto que llegó a editar 150 libros entre 1966 y 1977.

El director del programa, Jorge Martínez Reverte, conducirá en el plató un debate en torno al tema “Los transterrados”, en recuerdo del enorme número de intelectuales españoles (artistas, escritores, etc.) que tras la victoria del Régimen Franquista tuvieron que huir a otro país para no ser exterminados. Entre los invitados al debate se encuentran Jose Luis Abellán, Catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense, Premio Nacional de Ensayo, Presidente del Ateneo de Madrid; Mª Jesús Santesmases, Química e Investigadora en el Instituto de Filosofía del Centro Superior de Investigaciones Científicas en temas relacionados con Historia de la Ciencia. Autora de una reciente biografía de Severo Ochoa; y Joaquín Leguina, Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense y Doctor en Demografía por la prestigiosa Universidad de La Sorbona, en París.

DOCUMENTAL :
Duración: 71,58 minutos.
Tamaño: 849,98 MB.
El.Laberinto.Español.(Ruedo.iberico, radicalmente.libre).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi

DEBATE :
Duración : 46,56 minutos.
Tamaño: 420,66 MB.
El.Laberinto.Español.(Debate_Los.transterrados).(DVB-T_RIP.XviD.mp3).por.R2D2.avi